Cuando recibimos un oráculo en nuestras manos por primera vez, es esencial realizar una limpieza energética para eliminar cualquier tipo de energía residual o programación anterior que pueda haber quedado del proceso de fabricación, transporte, o de las personas que lo manipularon antes de llegar a nosotros. Esta práctica asegura que el mazo esté alineado únicamente con nuestra energía y nuestras intenciones, convirtiéndolo en una herramienta poderosa y personalizada para la introspección.
¿Por qué limpiar un oráculo?
Todo objeto, especialmente aquellos utilizados para propósitos espirituales como los oráculos, puede absorber energía de su entorno o de las personas que lo han tocado. Al limpiar el oráculo, nos aseguramos de eliminar cualquier influencia externa o vibraciones que no coincidan con nuestras intenciones, dejándolo como un lienzo energético en blanco para trabajar desde cero. Esto facilita que la conexión con el mazo sea clara y auténtica, permitiendo que las respuestas que recibimos sean puras y alineadas con nuestra energía.
Existen muchas formas de limpiar energéticamente un oráculo, y cada persona puede elegir el método que resuene más con su práctica espiritual. Algunas opciones comunes incluyen:
- Sahumar con hierbas, sahumerios o sahumos: pasar su humo a través de las cartas.
- Cristales: colocando piedras sobre él, cómo cuarzo o selenita, que limpian la energía.
- Sonido: diapasón, cuencos tibetanos o campanas de meditación, para eliminar energía de baja vibración.
- Reiki: si sos reikista, podés aplicarles reiki.
- Velas: encender una pidiendo luz, claridad y sabiduría para interpretar los mensajes provenientes de las cartas, y pasar el mazo por encima de su llama.
Conclusión
No importa qué método utilices, mientras lo sientas propio, efectivo y lo intenciones a tu forma, siempre procurando que quien haga la lectura también se encuentre limpio y alineado energéticamente, al igual que el espacio.